El propósito séptuple de las Escrituras abarca siete objetivos fundamentales que nos muestran el plan divino para nuestra vida espiritual. Desde dar testimonio de Jesucristo hasta guiarnos hacia la vida eterna, cada propósito nos invita a profundizar nuestra fe y nuestra relación con Dios. En este artículo, exploraremos cómo estos propósitos transforman nuestra vida y fortalecen nuestra esperanza.
1. Dar Testimonio del Hijo de Dios
(Juan 5:39)
El propósito séptuple de las Escrituras tiene como primer objetivo central dar testimonio de Jesucristo, el Hijo de Dios. Desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, los textos sagrados señalan y confirman la obra y deidad de Cristo:
- La resurrección de Cristo está registrada en las Escrituras para dar testimonio de Él. (1 Corintios 15:4; Romanos 1:4)
- El evangelio que creemos y predicamos se basa en la fidelidad del testimonio de las Escrituras. (1 Corintios 15:1-4)
- Los cinco testigos clave de Cristo confirman Su identidad como el Mesías. (Juan 5:31-47)
Aplicación: Las Escrituras nos muestran a Cristo como el centro de la fe, dándonos una base sólida para creer en Su deidad y redención.
2. Llevarnos a Creer en el Hijo de Dios, Dándonos Vida Eterna
(Juan 20:31; 1 Juan 5:13)
Las Escrituras no solo dan testimonio de Cristo, sino que nos guían hacia la fe que resulta en vida eterna:
- “En ellas os parece que está la vida eterna”. (Juan 5:39)
- Estas cosas han sido escritas para que creamos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. (Juan 20:31a)
- Creer en Cristo nos asegura la vida eterna. (Juan 20:31b)
Aplicación: La Palabra de Dios tiene el propósito de guiarnos a la salvación por medio de la fe en Jesucristo.
3. Evitar el Pecado y Señalarnos a Cristo para Resolverlo
(1 Juan 2:1-2)
Dios nos ha dado Su Palabra con el propósito de ayudarnos a evitar el pecado:
- El propósito de Dios es que no pequemos. (1 Juan 2:1a)
- Sin embargo, la realidad es que todos pecamos. (1 Juan 1:8,10)
- Cuando pecamos, las Escrituras nos señalan a Jesucristo, quien es nuestro abogado y propiciación por nuestros pecados. (1 Juan 2:2)
Aplicación: La Palabra de Dios no solo nos enseña a vivir en santidad, sino que también nos muestra el camino para resolver nuestro pecado a través de Cristo.
4. Ratificarnos que Tenemos Vida Eterna
(1 Juan 5:13)
Uno de los propósitos más reconfortantes de las Escrituras es reafirmarnos que la vida eterna es una promesa segura para quienes creen en Cristo:
- Es para los que han creído en el Hijo de Dios. (1 Juan 5:13a)
- Es para que sepamos que tenemos vida eterna. (1 Juan 5:13b)
- Es para fortalecer nuestra fe en Cristo y nuestra vida de oración. (1 Juan 5:13c; 5:14-15)
Aplicación: Leer y meditar en las Escrituras nos fortalece espiritualmente, reafirmando nuestra esperanza en la vida eterna.
5. Fortalecer Nuestra Esperanza
(Romanos 15:4)
Las Escrituras tienen la función de enseñarnos, consolarnos y alentarnos en la esperanza:
- Nos enseñan principios eternos. (Romanos 15:4)
- Nos consuelan en tiempos de prueba. (Romanos 15:4)
- Nos alientan a mantenernos firmes en la esperanza. (Romanos 15:4)
Aplicación: La Palabra de Dios nos da esperanza, aún en medio de las dificultades, recordándonos las promesas de Dios.
6. Desarrollarnos Espiritualmente
(1 Pedro 2:2-3)
El crecimiento espiritual es otro de los propósitos clave de las Escrituras:
- Nos limpian de maldad y pecado. (1 Pedro 2:1)
- Nos alimentan espiritualmente, proveyendo el sustento necesario para nuestro crecimiento. (1 Pedro 2:2)
- Nos hacen madurar en nuestra salvación. (1 Pedro 2:2b)
Aplicación: Las Escrituras son como alimento espiritual que nos nutre y fortalece para crecer en nuestra relación con Dios.
7. Hacernos Sabios para la Salvación
(2 Timoteo 3:15)
La sabiduría divina que necesitamos para la salvación proviene de las Escrituras:
- La fe viene por el oír la Palabra de Dios. (Romanos 10:17)
- El conocimiento de las Escrituras nos prepara para la salvación. (2 Timoteo 3:15)
Aplicación: Meditar y estudiar la Palabra de Dios nos equipa para vivir una vida centrada en Cristo, asegurándonos la salvación.
Conclusión
El propósito séptuple de las Escrituras nos recuerda que la Palabra de Dios es viva, eficaz y suficiente para transformar nuestras vidas. Desde dar testimonio de Cristo hasta desarrollarnos espiritualmente, las Escrituras son un regalo divino que debemos aprovechar al máximo.
Reflexión: Agradezcamos a Dios por Su Palabra y hagamos de su estudio y aplicación una prioridad diaria para nuestra santificación y crecimiento espiritual.