Consejos sobre la muerte de los creyentes
- La muerte es consecuencia directa del pecado del hombre. Gén.2.16-17
- La muerte es separación no aniquilación (Sant.2.26)
- La muerte es irremediable e inevitable (Luc.16.22)
- La muerte fue vencida por Cristo (2Cor.15.55, 56)
La muerte para el creyente no es una derrota sino un triunfo, victoria (1Pdr.4.1)
“…pues quien ha padecido en la carne (ha muerto) terminó con el pecado”
- LO QUE NO DEBEMOS HACER (13/18)
- No debemos ignorar acerca de los que mueren en el Señor (13ª)
- No debemos entristecernos por los que mueren en el Señor (13b)
- No debemos desalentarnos por los que mueren en el Señor (18)
- LO QUE SÍ DEBEMOS SABER, creer (14-17)
- Que Dios traerá con Jesús a los que durmieron en él (v.14)
- Que los creyentes vivos no precederán a los que durmieron (v.15)
- Que los muertos en Cristo resucitarán primero (v.16)
- Que los vivos serán transformados después que los muertos hayan resucitado (17ª)
- Que tanto vivos como muertos seremos arrebatados para recibir al Señor en el aire y estar así siempre con el Señor (17b)
- El arrebatamiento es conjunto “juntamente”
- El arrebatamiento es para recibir al Señor en el aire
- El arrebatamiento es para estar siempre con el Señor Jn.14.3; 17.24
- LO QUE SI NOS DEBE ALENTAR (18)
- La Comunión unos con los otros: (2Cr.1.3-4; Rm.15.4; 14)
- Las verdades de la Palabra de Dios: “con estas palabras”
Conclusión: la muerte del creyente es una gran ganancia, una gran bienaventuranza y algo de mucho valor (peso) ante los ojos de Dios (Fil.1.21; Apc.14.13; Sal.115.16